La temporada navideña suele estar abarrotada y ocupada. Es común que las personas estemos agobiadas por las relaciones familiares, la presión financiera, el arrepentimiento o el fracaso. ¿Sientes la carga? Ese peso proviene de cosas que Dios nunca pidió que llevemos y la solución es simple: dejar el equipaje y viajar ligero.