El cambio es inevitable, pero el crecimiento es optativo. Todo a nuestro al rededor va cambiando constantemente y, aunque muchos quisiéramos mantener todo como de costumbre, tarde o temprano algo nos mueve las piezas y estamos de nuevo, ante el desafío del cambio. ¿Cómo lo vives? ¿Lo resistes? ¿Lo aprovechas? Tenemos un Dios poderoso y podemos confiar que, cualquier cambio, también pasó antes por el filtro de su amor. Él puede usar ese cambio para llevarte más cerca de tu propósito. Dejemos que sea la historia de Josué la que nos ayude, cuando todo cambia.