De una u otra manera el cambiar de año nos llena a todos de expectativas y esperanzas, ponemos metas a nuestra vida y nos planteamos nuevos retos y propósitos. Lastimosamente las estadísticas indican que para la primera semana de febrero casi el 90% de las personas ya abandonaron esos propósitos. ¿Qué anda mal? Es ahí cuando la Biblia tiene respuestas y esperanza. Este mes llevaremos nuestro corazón al mantenimiento para que Dios nos renueve, nos alinee y nos sane.