Todos queremos o necesitamos algo de Dios y está bien, Él es nuestro padre y es generoso.
Pero, ¿qué le damos nosotros?
En un mundo y una cultura que nos entrena a creer que todo se trata de nuestro bien individual y que recibir es lo más importante, es necesario volver a la Biblia y recordar que hay más dicha en dar que en recibir.