La vida no siempre sale como esperamos, y oramos a Dios por ayuda y guía. Pero a veces parece que aunque oramos con fe, Dios no hace lo que le pedimos. Lo buscamos, pero no sentimos su presencia. Pasamos por el dolor, pero nuestros gritos de alivio parecen no tener respuesta. A veces, nuestras vidas simplemente no tienen sentido.