De una u otra manera todos necesitamos ser rescatados. Lo más interesante es que el camino a la vida no tiene tanto que ver con cómo lo logro, sino con cómo ayudo a otros a lograrlo. La respuesta de Jesús sigue siendo la misma: «anda, haz tú lo mismo». El mismo rescate que nos trajo a un lugar seguro es el rescate que otra persona está necesitando. ¿Harás tú lo mismo?